EL ROSARIO:
¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?
Por Virgina Muñoz,
legionaria.
La Virgen ha
bajado muchas veces del cielo para pedirnos que recemos el Rosario (Lourdes,
Fátima, Medjugorje,...)
Nuestra devoción a María Santísima incluye nuestro entusiasmo, nuestro trato cotidiano con ELLA en el trabajo, en las alegrías, en las dificultades, en todo. "La Misericordia de Dios se extiende de generación en generación". Si, y el cauce de esta misericordia, MARÍA, Madre de Dios y de la Iglesia, Medianera de todas las gracias, estrella y camino para ir a Jesús, de quien todo lo recibe y a quien todo lo conduce.
Es realmente importante acogernos filialmente a la
protección de María. Todos los Santos la han tenido siempre como señal de
predestinación.
Y, al contrario, rechazar a María es señal de estar
fuera de la Iglesia, y es común denominador de herejes. "NO HAY CRISTIANO
AUTÉNTICO SIN MARÍA". En nuestro camino hacia la santidad tiene una
eficacia asombrosa el que vayamos de su mano, acudiendo a Ella para expresarle
nuestra admiración, nuestro cariño, nuestras necesidades; y tomándola como
ejemplo y guía, e ir por María hacia el corazón de su hijo.
"Marialis Cultus" 54, nos dice que, después
de la Misa y la Liturgia de las Horas, el Santo Rosario es la oración más
recomendada. "Compendio de todo el Evangelio". Sí, porque a través de
los 20 misterios recorremos la vida de nuestro Salvador, ya que contiene los
Dogmas de nuestra Fe. Oración predilecta de tantas personas buenas. Pero al
mismo tiempo, esta devoción, que con sencillez va anunciando los misterios e
hilvanando el Padrenuestro y las 10 Avemarías, oraciones ambas del Evangelio,
no es acogida por todos. Hay quienes se pavonean de ser "cristianos de
avanzada", y les parece monótono ir repitiendo las oraciones y dicen ser
devoción de mujeres y niños. Y es que, lamentablemente, no puede "saborear
esta maravillosa intimidad porque tiene atrofiado el paladar por esa arrogante
autosuficiencia y esa manía de criticarlo todo". Aun cuando no se
contemplara el misterio, con sólo meditar lo que vamos repitiendo, ya tenemos
bastante.
Pero la cuestión práctica para nosotros, es que
debemos procurar rezarlo. Rezarlo aunque no nos entusiasme mucho; hacerlo:
porque los obsequios hacen al gusto de quien lo recibe, ya nos ha manifestado
María en Lourdes y Fátima, que quiere y nos pide que recemos el Rosario. Hay
quienes aducen que prefieren no hacerlo porque se distraen; pero recordemos: ¿A
quién pidió María en primicia que lo hicieran? Fue a unos chiquillos a los
niños, a ellos que son esencialmente distraídos.
Nosotros nos distraeremos también; pero Ella
atenderá... ¿No lo rezaréis? ¡Que no tiene tiempo!. Es una excusa fútil decir
eso. Se tiene exactamente 24 horas cada día. El asunto está en la importancia
que concedemos a cada cosa. Si para ti la oración es lo primero, que te falte
tiempo para comer o dormir, pero no para tus ejercicios espirituales.
Personalmente yo, aducía muchos motivos por los que no podía rezar el Rosario,
pero me hizo reflexionar el ejemplo de muchas personas importantes que, sin
embargo, cada día no rezan no cinco sino los quince misterios del Santo
Rosario. Entre ellos, su Santidad Juan Pablo II.
¿Cómo rezar el Rosario? Escuchemos las palabras de
Pablo VI en "Marialis Cultus" 46: "La repetición del Avemaría
constituye el tejido sobre el cual se desarrolla la contemplación de los
misterios". Y remarca: "SIN CONTEMPLACIÓN, EL ROSARIO ES UN CUERPO SIN
ALMA". Por eso, nuestra lengua pronuncia las oraciones, la mente y el
corazón ha de vivir las escenas del misterio anunciado, contemplar a los
protagonistas, captar los sentimientos. De este modo, las oraciones serán como
un canto o, mejor, la música de fondo que acompaña a nuestra MEDITACIÓN. Desde
luego que, viviendo así esta intimidad, asimilaremos enseñanzas para nuestra
vida y brotará un compromiso más profundo con Jesús.
Además de esto, ¿PARA QUÉ EL ROSARIO? María de
Fátima dijo: "Continúen rezando el Rosario para conseguir el fin de la
guerra; Yo soy la Virgen del Rosario; récenlo todos los días". Mensaje
para todos, sobre todo para los que deseamos agradarle. Ella tiene fe en esta
pequeña arma, incluso contra la guerra. La guerra existió y existe en el mundo,
ya sea en el estado caliente, de lucha declarada. Y María dice que, para estas
catástrofes, tenemos el Rosario, Ella cree. ¿Creemos nosotros? Si quieres
mantenerte en pie en este ambiente de guerra moral, debes armarte de este
instrumento de victoria; consérvalo siempre contigo; toma tu rosario en el
momento de tentación; aléjala y aprende a prevenirla con el rezo entusiasta del
Rosario.
Es verdad que esas cuentas hilvanadas son valores.
Tu que dices amar y conservar los recuerdos, los regalos recibidos ¿Conservas
tu Rosario? Dónde lo tienes ahora? ¿Qué no tienes uno? Solicita uno ahora
mismo; será tal vez con el que rece tu esposa o esposo, el que tomen tus niños
aprendiendo de ti a orar, el que convierta en el Rosario de la familia.
Desgrana sus cuentas por entre tus dedos, siéntete audaz, desafía el tiempo y
la eternidad.