ORACIONES LEGIONARIAS
1. ORACIONES QUE SE
DIRÁN AL COMIENZO DE LA JUNTA
En el nombre
del Padre, etc.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el
fuego de tu amor.
V. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
ORACIÓN
Oh Dios, Padre nuestro, derrama los dones de tu Espíritu sobre el mundo:
enviaste al Espíritu a tu Iglesia para iniciar la enseñanza del Evangelio; que
sea ahora tu Espíritu el que continúe trabajando en el mundo a través de los
corazones de todos los que creen en Ti. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Señor,
ábreme los labios.
R.
Y mi boca proclamará tus alabanzas.
V. Oh Dios,
ven en mi auxilio.
R.
Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Se reza el Santo Rosario (cinco decenas) y la Salve.
Se reza el Santo Rosario (cinco decenas) y la Salve.
V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN
Oh Dios, cuyo Hijo Unigénito, nos obtuvo la salvación eterna por medio de su
vida, muerte y resurrección; concédenos a quienes meditamos estos misterios en
el rosario de la bienaventurada Virgen María, imitar lo que enseñan y alcanzar
lo que prometen. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
V. Sacratísimo Corazón de Jesús,
R. Ten piedad de nosotros.
V. Inmaculado Corazón de María,
R. Ruega por nosotros.
V. San José,
R. Ruega por nosotros.
V. San Juan Evangelista,
R. Ruega por nosotros.
V. San Luis María de Montfort,
R. Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre, etc.
2. CATENA LEGIONIS
(Se dirá al mediar la junta. Todo legionario debe rezarla diariamente)
Antífona. ¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla?
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo; dispersa a los soberbios de corazón, derriba del
trono a los poderosos, enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de
bienes, y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio,
ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona. ¿Quién es Esta que va
subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol,
terrible como un ejército formado en batalla?
V. Oh María, sin pecado concebida,
R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
ORACIÓN
Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del Padre, que constituiste a la
santísima Virgen, tu Madre, madre nuestra y medianera ante de Ti, haz que
cuantos a Ti acudieren para pedirte beneficios se gocen de haberlo conseguido
todo por Ella. Amén.
3. ORACIONES FINALES
En el nombre
del Padre, etc.
Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo
peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
V. (Invocación propia del praesidium)
R. Ruega por nosotros.
(Fuera de las juntas del praesidium, todos los socios dirán la invocación
siguiente:)
V. María Inmaculada, medianera de todas las gracias.
R. Ruega por nosotros.
V. San Miguel, San Gabriel y San
Rafael.
R. Rueguen por nosotros.
V. Todas las Potestades del Cielo, Legión angélica de María.
R. Rueguen
por nosotros.
V. San Juan Bautista.
R. Ruega por nosotros.
V. Santos Pedro y Pablo.
R. Rueguen por nosotros.
(Todos dirán al unísono la siguiente oración hasta el primer Así sea, y luego
continuará el sacerdote solo).
Señor,
concédenos a cuantos servimos bajo el estandarte de María, la plenitud de fe en
ti y confianza en Ella, a las que se ha concebido la conquista del mundo.
Concédenos una fe viva, que, animada por la caridad, nos habilite para hacer
todas nuestras acciones por puro amor a Ti, y a verte y servirte en nuestro
prójimo; una fe firme e inconmovible como una roca, por la cual estemos
tranquilos y seguros en las cruces, afanes y desengaños de la vida; una fe
valerosa, que nos inspire comenzar y llevar a cabo sin vacilación, grandes empresas
por tu gloria y por la salvación de las almas; una fe que sea la Columna de
Fuego de nuestra Legión, que hasta el fin nos lleve unidos, que encienda en
todas partes el fuego de tu amor, que ilumine a aquellos que están en oscuridad
y sombra de muerte, que inflame a los tibios, que resucite a los muertos por el
pecado; y que guíe nuestros pasos por el Camino de la Paz, para que, terminada
la lucha de la vida, nuestra Legión se reúna sin pérdida alguna en el reino de
tu amor y gloria. Amén.
Las almas de nuestros legionarios, y las almas de todos los fieles difuntos
descansen en paz por la misericordia de Dios. Amén.
El sacerdote presente da luego su bendición; si no hay sacerdote: En el
nombre del Padre, etc.
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